EE UU y Rusia escenifican un choque frontal en el Consejo de Seguridad por ataque a Siria
La embajadora estadounidense en la ONU advierte de que están “preparados para hacer más” en Siria para prevenir nuevos ataques con armas químicas.
Estados Unidos volvió a mostrarse desafiante ante Rusia. La embajadora Nikki Haley advirtió ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que su país no va a permitir más muertes por ataques con armas químicas en Siria y por eso afirmó que están «preparados para hacer más» para prevenirlo. «Esperamos que no sea necesario», añadió. El choque entre las dos potencias con poder de veto fue frontal, haciendo caso omiso a la llamada a la contención que una horas antes hizo el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Guterres afirma que la situación en Siria genera una gran preocupación. El ex primer ministro portugués ya calificó días atrás como “crimen de guerra” el ataque químico en Siria y pidió una investigación que elimine cualquier duda sobre la autoría. Este viernes pidió al Consejo de Seguridad que ejerza su responsabilidad frente a esta crisis y lo haga de una forma unida.
“La legislación internacional ha sido ignorada durante demasiado tiempo en el conflicto sirio”, denuncia el mandatario, recordando a los miembros del Consejo de Seguridad que tienen la responsabilidad primordial de servir a la paz y la seguridad. La solución de la crisis en Siria, añade debe pasar por el respeto de todos los estándares internacionales de los derechos humanos.
Guterres señala que los eventos de los últimos días realzan la necesidad de que se resuelva el conflicto a través de una solución política y por eso llama a las partes a que renueven de manera urgente sus compromisos para progresar en las conversaciones de Ginebra. “La solución política es también esencial para progresar en la lucha contra el terrorismo”, afirma, en un mensaje dirigido a EE UU y Rusia.
La intervención unilateral de EE.UU. provocó la furia de Rusia, que solicitó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad para abordar la situación. Moscú considera que el bombardeo supone una violación «flagrante» del derecho internacional y una «agresión» a un miembro de la ONU. Los diplomáticos rusos califican por eso la conducta de irrespetuosa, irresponsable e inaceptable.
Apoyos a EE.UU.
Los aliados de Washington, sin embargo, hacen piña pese a que el ataque supone una escalada mayor de la tensión entre las potencias occidentales con Moscú. París y Londres fueron especialmente agresivos esta semana en los debates. Calificaron el ataque con armas químicas como un “acto deleznable”, que traía a la memoria las imágenes de la matanza del verano de 2013.
El debate en el Consejo de Seguridad volvió a poner en evidencia la división de los miembros al afrontar un conflicto que dura ya siete años. El órgano que vela por la paz y la seguridad ya fracasó el miércoles y el jueves al llegar a un consenso en una resolución condenando el ataque y sobre los términos de una investigación que sirva para depurar responsabilidades.
El embajador británico, Matthew Rycroft, opina que en este momento no tiene sentido seguir negociando la resolución y considera que «llegó el momento de enfocarse en el proceso político para lograr una paz duradera en Siria». En los mismo términos se expresó el francés Francois Delattre, que espera que la acción estadounidense provoque un cambio que impulse el proceso político.
Hipocresía
El representante de Rusia, Vladimir Safronkov, calificó de «hipócrita» que se hable ahora de potenciar el diálogo político. El diplomático arremetió acusando a Washington, París y Londres de haber optado «por una vía diferente a la cooperación». «Tienen miedo de una investigación verdadera e independiente del indicente porque os podría en cuestión», apostilló.
Estados Unidos preside este mes de abril las reuniones del Consejo de Seguridad. La embajadora Nikki Haley ya anticipó el miércoles que su país estaba dispuesto a actuar en solitario. «La intervención está plenamente justificada», aseguró este viernes, explicando que hasta ahora Siria cruzaba las líneas porque Rusia hacía la vista gorda. «No va a pasar más. Los días de usar armas químicas sin consecuencias se acabaron», concluyó.